Buenas emprendedores, hace unos días tuvimos la suerte de conocer a Martí Manent, fundador y CEO de elAbogado.com y Derecho.com, dos empresas con un alto grado de innovación en el sector legal.
elAbogado.com es una empresa tecnológica en el ámbito legal (Legalthech). Su propuesta de valor se basa en conectar a personas que tienen un problema legal concreto, con abogados especializados en ese tema, de una forma digital.
El uso intensivo de tecnología en todos los ámbitos de su negocio, les permite asumir un crecimiento exponencial, convirtiéndose en una de las empresas más innovadoras del sector.
Martí nos dijo: “la importancia del éxito radica en tener una clara proyección del crecimiento de la empresa, y para ello es muy importante una buena gestión de las operaciones.”,y añadió “para gestionar este incremento, necesitamos una buena planificación, para no correr el riesgo de lo que comúnmente se conoce como morir de éxito.”
Propone tres maneras de gestionarlo:
Contratar más personal, cuando mayor es la demanda más talento requerimos para gestionar los nuevos clientes.
Trabajar más rápido, necesitamos ganar eficiencia.
Gestionar inteligentemente ese crecimiento, optimizar nuestros recursos.
El éxito de esta empresa radica en optimizar el crecimiento exponencial de su demanda. Creando tecnología que identifica de manera inteligente el problema legal que el cliente, para poder ofrecerle el mejor abogado disponible para resolver su necesidad.
Así que ya sabéis emprendedor@s la clave del éxito para Martí, está en la optimización de los recursos y la gestión inteligente de las operaciones de los proyectos. El uso de tecnologías innovadoras es un gran recurso para aportar valor y automatizar nuestras operaciones.
Muchos de nosotros tenemos un proyecto tecnológico innovador, el cual creemos que no podemos llevar a cabo porque no sabemos codificar. Hoy os traigo una solución a este problema.
¿Sabéis en qué consiste el NO-CODE?
El movimiento NO CODE es una filosofía digital, con el objetivo de permitir a cualquier persona acceder a la creación de aplicaciones y software sin saber programar. Es decir, prescindir de ese lenguaje complejo de codificación, para que la creación de esas plataformas sea un proceso más visual y sencillo.(més…)
“Tell me and I’ll forget; show me and I may remember; involve me and I’ll understand.” Que traducido al castellano significa “Cuéntame y me olvidaré, muéstrame y tal vez me acuerde, involúcrame y entenderé.
Como profesor, no podría encontrar frase más acertada.
Mi experiencia en las aulas me ha enseñado que no existe mejor manera para que los estudiantes aprendan, que involucrarlos proactivamente en el proceso de aprendizaje.
Pero, ¿qué significa involucrar proactivamente a los estudiantes? Y ¿Cómo podemos hacerlo de una manera efectiva?
Una buena metodología para conseguirlo es utilizando una técnica conocida como “active learning” o aprendizaje activo. Según Felder & Brent (2009), dos reconocidos investigadores de la Universidad de Carolina del Norte, expertos en el campo del “active learning”, se considera como aprendizaje activo todo lo relacionado al trabajo de clase que no se limita a que los estudiantes simplemente miren, escuchen y tomen notas.
Estas actividades incluyen por ejemplo trabajos en grupos, cuestionarios y tutoriales hechos en clase, o el uso de sistemas individuales de respuesta y feedback instantáneos entre otros.
Se trata de una metodología experimentada y que proporciona resultados tangibles.
En efecto, en un reciente e influyente artículo publicado en la importante revista científica americana “Proceeding of the National Academy of Sciences”, un equipo de investigadores demuestra empíricamente una considerable mejora en los resultados obtenidos por los estudiantes cuando el profesor utiliza técnicas de aprendizaje activo en clase, comparado con la enseñanza más tradicional (Freeman et al. 2014).
Existen dos principales elementos que facilitan la implementación eficaz del aprendizaje proactivo en una clase: (1) el uso de la tecnología y (2) la conformación del entorno.
(1) El uso de la tecnología
Es indudable que en los últimos años el Smartphone ha monopolizado la forma de interactuar y comunicarse de la población. ¡Debemos aprovechar su uso masivo con fines didácticos!
Es por esa razón que en TecnoCampus hemos decidido llevar a cabo un estudio piloto utilizando una herramienta de nueva generación llamada SCHOOLINKED (en nuestro caso se llama TCMLINKED) que permite una rápida comunicación entre los alumnos, los profesores y la institución en general, creando de esta forma un “ecosistema académico”muy dinámico.
Los estudiantes pueden enviar
mensajes de forma anónima a sus profesores desde cualquier sitio y en cualquier momento. Es tan sencillo como descargar la aplicación, acceder a la asignatura y con un simple “click” pueden preguntar aquello que necesitan. Cuando el profesor haya respondido al alumno, éste recibirá una notificación “push”, es decir, al instante, en su Smartphone.
Otra de las posibilidades que ofrece dicha aplicación es la de enviar mini-tareas en tiempo real a los alumnos y conocer su opinión mediante cuestionarios que el profesor puede crear a través de su panel de control personal. De la misma manera que los mensajes, se enviará una notificación “push” a los dispositivos de los estudiantes, que pueden contestar al sondeo de una manera rápida y totalmente anónima, por lo que incentiva la participación en clase y facilita la obtención de información de aquellos estudiantes más reticentes a mostrar sus opiniones de una manera pública. Una vez respondidos, el profesor obtendrá unas gráficas y tablas con el que podrá observar al instante los resultados de la tarea o de la encuesta.
Si bien es cierto, el uso de la tecnología debe de ser adecuado para que se implemente de una forma correcta en el ámbito de estudio y no llegue a ser una distracción más que lo dificulte. Con la adopción de este tipo de aplicaciones se pretende fomentar el buen uso del recurso tecnológico y así facilitar y fomentar el vínculo académico.
(2) El entorno
En un aula tradicional el profesor se encuentra delante de los estudiantes impartiendo su clase y los estudiantes no tienen otra opción que estar mirando siempre hacia él. Esto limita física y mentalmente a los alumnos y el profesor se convierte en su única posibilidad de adquirir conocimiento.
Por otro lado, si los estudiantes pudiesen gestionar el espacio en el aula y lo adaptaran según la necesidad del momento o de la tarea,lograrían tomar mayor control sobre la experiencia de aprendizaje y de esta forma hacerla más intensa y duradera.
Algunas de las universidades más prestigiosas han empezado a tener muy en cuenta el tema de la organización de los espacios en su práctica diaria. Es el caso por ejemplo de la Universidad de Minnesota que en el 2010 inauguró un edificio entero, el “Robert Bruininks Hall”, con la finalidad de proporcionar un espacio ideal para la implementación del aprendizaje proactivo, con capacidad para más de 200 estudiantes. La facultad de diseño y arquitectura de Harvard también ha desarrollado un espacio polifacético y flexible, llamado “The Hilt Room”, para que los alumnos puedan desarrollar sus habilidades e involucrarse directamente en el proceso de aprendizaje.
Hace años que TecnoCampus apuesta por una organización de los espacios en el aula que proporcione a los estudiantes el ambiente ideal para explotar sus potenciales y fomentar sus espíritus emprendedores, por esa razón en el 2012 creó el “InnoLab”, un espacio innovador, donde todos los muebles se pueden desplazar fácilmente, las mesas, las pizarras y donde podemos encontrar sofás y hasta una cocina.
Cuando imparto clase en el InnoLab puedo implementar algunas dinámicas de “active learning” que difícilmente podría llevar a cabo en un aula convencional.
Por ejemplo el contexto es ideal para conseguir dinámicas de “role play” donde los estudiantes divididos en grupos y sentados alrededor de las mesas, juegan el papel de distintos actores, como por ejemplo el rol de emprendedores e inversores en una clase de emprendimiento o bien, simulan cómo distintas empresas buscan llegar a un acuerdo comercial en una clase de dirección de ventas.
En InnoLab también podemos aislar grupos de alumnos si queremos que estos no interactúen entre ellos. Dicha posibilidad resulta ser importante, por ejemplo, en la resolución de casos prácticos empresariales.
Si los alumnos están realizando un “brainstorming” sobre maneras de comercializar un mismo producto en mercados muy distintos, podrán utilizar dinámicas de “visual thinking” aprovechando las muy diversas posibilidades y cambios que un ambiente tan flexible como el InnoLab ofrece.
Si bien el “active learning” está considerado como el futuro en la enseñanza, en TecnoCampus ya es un presente consolidado.
Referencias
Felder, R. M., & Brent, R. (2009). Active learning: An introduction. ASQ Higher Education Brief, 2(4), 1-5.
Freeman, S., Eddy, S. L., McDonough, M., Smith, M. K., Okoroafor, N., Jordt, H., & Wenderoth, M. P. (2014). Active learning increases student performance in science, engineering, and mathematics. Proceedings of the National Academy of Sciences, 111(23), 8410-8415.
Contacto del creador y CEO de la APP de School – Linked
Pablo.lopezaguilar@respondon.com
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Giovanni GiustiProfesor de Economía y Emprendimiento en la Escuela Superior de Ciencias Sociales de la Empresa del Tecnocampus, doctorado en Economía y Empresa por la Universidad Pompeu Fabra.
Creador de una start-up RepondOn y del proyecto “Golf Pass Català”.
Judit CasadoEstudiante de tercer curso de la Doble titulación Administración de empresas y Gestión de la Innovación / Marketing y Comunidades Digitales. Colaboradora del Máster en Emprendimiento e Innovación del TecnoCampus.